Maria-Teresa Tess Asplund, colombiana de nacimiento, de 42 años, madre de dos nenas, adoptada a sus 7 meses por una familia sueca y residente de Suecia actualmente, desafió a 300 neonazis en su ciudad y, sin pensarlo ni pretenderlo, se ha convertido en un símbolo contra el racismo.
Durante una manifestación el domingo 1° de mayo de este año, en Borlänge, un pueblo del centro de Suecia de 50.000 habitantes, 300 de militantes del partido de extrema derecha Movimiento de Resistencia Nórdico marchaban con autorización gubernamental, desafiantes, en protesta por la acogida de inmigrantes en su país y solicitando la expulsión de los mismos, a su vez gritaban insultos contra los políticos que habían traicionado, según ellos, a los habitantes del pueblo, Tess Asplund sin pensarlo o haberlo planeado se plantó frente a los líderes de la marcha con la cara y su puño en alto, con la sangre hirviendo de enfado ante aquella agresión a su color, a lo que ella representa. Estuvo ahí inmóvil como si nada en el mundo fuera más importante, sin pronunciar ni una palabra, um insulto o alguna solicitud, sólo fue su puño, su corazón latiendo con fuerza y el deseo de un mundo mejor para todos.
No tardó mucho para que su imagen se hiciera viral y el mundo entero se pronunciara a favor o en contra de su acción, muchos aplauden su valentía y aplomo, su activismo y pasión, fue un impulso que pudo costarle mucho y sin embargo, logró hacerse escuchar aun en silencio. Su acto logró reunir más personas que luchan por los derechos humanos y contra el racismo en Suecia, por lo tanto, una acción que parecía no significar nada se volvió un ejemplo de coraje para que muchos más luchen por los derechos violentados y actos de injusticia.
Puede ser que muchos vean a Tess como una heroína y piensen que este mundo necesita más personas como ella, sin embargo, todos tenemos la capacidad de levantar nuestra voz y puño ante la injusticia, la corrupción y cada anti-valor que se ha colado sutilmente en nuestra sociedad.
No con esto digo que todos debamos o podamos salir a protestar cada día (aunque pienso que seria lo ideal), pero si queremos ver un cambio radical y significativo en nuestro entorno, debemos iniciar ese cambio en nosotros mismos. Esto parece un tema "cliché" pero es que no termina de calar en cada persona, pues aún en la intimidad, cuando do nadie me ve, debo hacer lo correcto y no saltar los valores necesarios para el funcionamiento de una sociedad, así que no porque nadie me vea voy a tomar "esto" que no es mío porque nadie lo echará de menos, o, voy a pagar bajo cuerda tal producto para poder obtenerlo y OJO pienso que es peor quien se aprovecha de la necesidad de su compatriota que quien recurre al "comerciante" cosa que se ha vuelto un círculo vicioso lamentablemente.
Todos debemos defender nuestros derechos y hacer valer nuestras voces frente a cualquier persona, gobierno o grupo, armarios de valor y respeto para exigir lo que por derecho nos corresponde.
Pienso que mi país (Venezuela) puede cambiar si todos realmente nos ocupamos en hacer valer lo correcto y no nos unimos a la corrupción reinante, claro, esto es algo casi idílico pero no imposible, hay que trabajar duro y con constancia y no temer al levantar nuestro puño y nuestra voz en señal de inconformidad y lucha por nuestros derechos.
¿ Quieres ver un cambio en tu entorno? Cambia inicialmente tú,
¿ Quieres luchar por un mejor país?
No tengas miedo de alzar tu voz, no seas un borrego preparado para el matadero, y lucha por ese cambio que quieres ver solo o acompañado (siempre es mejor unirte a personas con tu mismo norte).
Todos tenemos algo de Tess, tengamos el coraje y valentía día a día para cambiar y ver los cambios venir.
Imagen tomada de Google
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